Desvariando por la Acera.


Desvariando por la Acera.

Caminando por la acera de esa calle que estaba algo sola, me acorde de ti, de esos grandes momentos que me hiciste vivir, de esos momentos en los cuales aprendí, tomada de tu mano, y tu de la mía, con las manos sudadas de tanto sostenerlas allí juntas, tu me mirabas y me decías lo que debía hacer en un futuro si alguna situación se me presentara, yo sonreía y te escuchaba, me gustaba mucho cuando me decías esas cosas, sin embargo, tu y nadie mas era el ejemplo para mi, yo quería ser tu en ese futuro incierto, caminábamos y jugábamos juntos, era poco tiempo pero a mi se me hacia muy divertido, y emocionante lograr pasar tiempo contigo.

Si, así fuera una vez al mes, yo quería tan solo escucharte y sonreír, no había mas nada en mi mundo que pudiera cambiar por estar contigo.

Poco a poco fue pasando el tiempo, y muchas hojas fueron llevadas por el tiempo, nuestra relación no era igual que antes, a veces decaía, otras nos levantábamos y sonreíamos juntos, yo era todo lo que tu tenias, y tu eras todo lo que yo tenia, recuerdo aquel día en que tu te fuiste, ya eras una persona mayor, yo sabia que eso pasaría en cualquier momento, no pude llorar, ya me había mentalizado de no hacerlo, pero allí adentro estaba ese dolor que me hacia desvariar, te habías muerto, te habías ido de mi mundo y me habías dejado sola, estaba toda esa gente que yo sabia que murmuraban a mis espaldas, toda esa gente que estaba allí solo para esperar el día que dijeran a quien le habías encargado tu dinero, lamentablemente eran tus falsos amigos, te amaban solo por la fortuna que tenias, no porque eras buena persona…

Llegaban a darme el sentido pésame, yo ni los miraba estaba ahí, mirando hacia ese sillón en el cual yo te abrazaba luego de llegar a casa, hasta que llego esa mujer y me dijo que ahora toda la fortuna era de ella. Yo la mire, me levante y Salí corriendo a mi habitación.

Luego de eso todo paso muy rápido, yo solo me encerraba en mi cuarto a recordarte, a mirar no se hacia donde, solo intentaba recordar aquellos tiempos, año tras año no había ningún cambio, solo ese vacio en mi, que era como si te perdieras en un bosque de esos solos de películas, pero hoy escribo esto porque hoy fue que me vine a dar cuenta de la dura realidad. 12 Años después de tu fallecimiento me doy cuenta de la verdad, de esa verdad que tu me dijiste entre líneas cuando me tomabas de la mano, esa verdad que quizás sembraste en mi para que germinara el día en que te fueras, pero no fue así, germino mas tarde de lo que pensabas ya que le hacia falta ese cuidado que tu le habías dado.

Si, recuerdo aquel día que me dijiste

“Sí yo me llegara a ir, quiero que continúes con tu vida, no olvidándote de mi, pero tampoco llenándote de tristeza, ya que opacarías tu mundo y no cumplirías tu propósito”

Palabras algo profundas para una niña de 9 años, pero yo me las guarde a ver si algún día las entendería.

Ahora camino en el mismo lugar donde lo hacíamos, desvariando, algo perdida, pero sabiendo que tengo que empezar de nuevo con mi vida.


Otoniel Mendoza Jimenez.

Share this:

OTONIEL MENDOZA JIMÉNEZ

Buscador de respuestas, humano errante, simple servidor, pensador gastronómico, hijo, hermano, esposo; Ser viviente que respira solo por gracia, sin merecerlo.

1 Comentarios:

Aura dijo...

Me gusta este y otros de tus escritos ...
volvere a leerte con tu permiso ...
Cuidate ...