Belleza de lo audible, sinfonÃa de lo apetecible,
Cuerdas milagrosas que llenan de inspiraciones
Maravillosas;
Don del cielo dado a genios,
Dadiva genuina de la belleza y tranquilidad
Plasmada en notas y acordes que marcan
La fertilidad.
Sus cuerdas el sonido de finas hebras,
Ausencia de la inmunidad musical,
Amor melódico que recorre notas de
Un recital maestral;
Clavijas doradas, sueños dorados,
Mi guitarra es la salubridad de mi vida,
Su música es la genuina internidad de mi ser,
Sus notas son las indelebles gotas dulces
Que deja la lluvia invisible al caer.
DormÃa, no tenia un dulce sueno, pero lo hacia.
De repente me despierto asustado, escuchando tu dulce y suave voz a mi oÃdo.
Un ángel respirando.
No te veo! Me levanto y me voy caminando hasta la sala, solo, solo todo, abriendo y cerrando mis ojos siento un revolver frio en mi cuello, dos hombres me dicen:
_Cállate y camina.
Bajamos las escaleras, abren la puerta y subo a una camioneta; hay dos hombres a mi lado, en la tercera fila de asientos estas tu, con la boca tapada, revolcándote pidiendo ayuda,
Golpeo tan fuerte como puedo, pero no te puedo ayudar.
Ojos desviados de atrás hacia adelante, ojos que miran aquello que esta distante…
El hombre de la camioneta no dice nada, simplemente arranca a subir a 160 kph por los próceres,cruza y pasamos por el viaducto, baja por la dos, dobla para llegar a la 3 sigue derecho hasta la cuatro y casualidad que se para en el libertador, te bajan a ti.
Escalofriante dolor en mi cuerpo, ensordecedor sonido de tus gritos pidiendo mi ayuda.
Rastros de sangre era lo que pasaba por mi mente, rastros de sangre que iban a haber si le hacÃan algo a mà amada demente.
Mi mente entra en desespero e impotencia, lo hombres se suben a la camioneta y se van, me dejan ahÃ, con el bonito panorama de las cortinas de el salón de audiovisuales llenas de fogarizas llamas y una dama sufriendo en ellas, en eso siento que se desata un nudo; corro, corro tan fuerte como puedo, ni siquiera visualizo las grietas descontinúas que hay en el piso, solamente corro corro hasta el segundo piso.
Pensando en el anaranjado rojizo que va quemando.
Llego a la puerta y cuando la abro una nube de llamas me ahoga, sin importar entro y te tomo, te cubro y tú me cubres, pero cuando nos damos cuenta todas las llamas están sobre nosotros,
¡Nos quemamos!
¡Nos quemamos!
¡El fuego arde!
¡Las pieles arden!
Sonar de gritos inaudibles.
Sonar de joyas que se caen y quiebran las lámparas intermitentes de los pasillos.
En eso nos miramos tan fijamente que visualizamos nuestras almas, ahà juntas, pero no en nuestros cuerpos, sino siendo levantadas por un ser alto.
Pestañar que siega, y nos deja de nuevo en el piso sin llamas y solo cenizas,
Renacer de las cenizas.
Incongruencia de la mente, incredibilidad que nos deja sudor en la frente,
Escudriñar la luz bajo rayos recÃprocos que recorren la gran dinastÃa; TravesÃa del dÃa que rueda montaña abajo recordando a cada pez, A cada niño cautivo de la soledad y el hambre, Sociedad cotidiana que rompe ingenuas almas variando entre DÃas y lunas blancas que desvÃan el paisaje enigmático de esta la viña mÃa. Rojas, rojas son las rosas, roja es la sangre de la vida misma, rojo es el vino Que sale de mi gran campo que me da la vida, Blancas, rosas blancas caen del cielo estropeando pieles vivas Cortando piel ajena que descose berenjenas; Encontrar el cielo de rasgos pincelados, Reencontrar desidia autentica en cualquier mente o lugar, Son los labios de la brisa que nos dejan de besar, Son pestanas que mecánicamente bajan Para un sueño formar, Esencia, esencia y nada mas es lo que debe quedar, Esencia transparente de la vida que no se puede acabar; Un infinito canto a la blanca luna, Respirar continuo de las estrellas y la ausencia de realidad… Son como venas de la sociedad, Mangueras que van de un lado al otro, Mangueras que hacen desviar el mar de lágrimas dejadas en el ayer… Esencia, Esencia de la sociedad, fragante alma abrupta que emana en la eternidad.